Influencia en al recogida de orgánica

La incidencia de la calidad de los residuos orgánicos en los productos finales obtenidos en su valorización ha sido ampliamente estudiada por la comunidad científica.

La Unión Europea ha publicado el estudio «Heavy metals and organic compounds from wastes used as organic fertilisers. Final Report» (Amlinger, F. et al., 2004), en el que, tras recopilar datos de toda Europa de un periodo entre 15 y 20 años, se concluye que:

1) El compost producido a partir de residuos orgánicos procedentes de recogida selectiva presenta unas concentraciones de metales pesados de hasta 10 veces inferiores en comparación con el compost de residuos municipales de recogida no selectiva (o en masa).

2) La proporción de impurezas físicas en los residuos de entrada tiene un efecto mensurable en las concentraciones de metales pesados del compost resultante. Con independencia de las aportaciones en metales pesados que pueda reportar la presencia individual de varias tipologías de impurezas, la cantidad global de impurezas del residuo contribuye decisivamente en la calidad final del compost.

3) Los post-tratamientos (cribado, refino, etc.) efectuados al final del proceso de compostaje no garantizan la extracción total de los contaminantes introducidos en la matriz orgánica debido a la presencia de impurezas en las materias primeras.

Efectos negativos de las impurezas

La incidencia de la presencia de impurezas que acompañan los residuos orgánicos en los tratamientos biológicos está en función de la mayor o menor cantidad de estas, así como de la tipología (vidrio, plásticos –envases o film– metales, tierra, etc.) y de sus características. Entre las muchas y varias repercusiones, siempre negativas, hace falta destacar:

1) La disminución de espacio útil –superficie y volumen– (por ocupación de espacio en pilas, túneles, naves, digestores, etc.). Ésto comporta indirectamente la reducción de la capacidad de tratamiento o bien la disminución de la duración del proceso.

2) Un mayor desgaste de equipos, instalaciones, pavimentos, etc. La presencia de todo tipo de impurezas comporta, debido a fenómenos de abrasión, el desgaste de determinados elementos, pero también todo tipo de averías (perforaciones, atascos, etc.).

3) Un impacto visual durante el proceso de tratamiento y la dispersión de volátiles (en el caso de instalaciones abiertas).

4) La sedimentación de materiales de alta densidad u obturaciones por materiales flotantes de baja densidad que se produce en digestores o depósitos, especialmente en el caso de instalaciones de digestión anaerobia.

5) La dificultad para el mantenimiento de condiciones aeróbicas. Especialmente en el caso de plantas de compostaje, la presencia de plásticos film llega a suponer una barrera física que obstaculiza el flujo de aire a través de la masa, generando zonas anaerobias.

6) La necesidad de extraer las impurezas, motivo por el cual será necesario efectuar una mayor inversión en líneas de pre-tratamiento y post-tratamiento, soportar el coste asociado a la extracción de estas impurezas, su transporte y disposición como rechazo y, a menudo, la pérdida «inevitable» de materia orgánica.

Gracias a las tecnologías actuales podemos disminuir la presencia de impurezas físicas (fragmentos de vidrio, plásticos y metales), las más evidentes y perceptibles, pero difícilmente pueden resolver la presencia de los contaminantes químicos. Por este motivo, cuanto antes se produzca la separación de las impurezas menor será la contaminación por metales pesados en el compost obtenido.

Tal y como está estudiado, la recogida selectiva puerta a puerta tiene un clara incidencia positiva sobre la calidad de la orgánica, sería lógico ver traducidas estas ventajas en el ámbito del tratamiento biológico.