El caso de Cataluña

Antecedentes


El sistema de recogida de residuos habitual desde siempre en Cataluña ha sido el Puerta a Puerta. Hasta la década de los 80 y 90 se recogía mediante el Puerta a Puerta pero solo la fracción resto; no había otras fracciones ya que lo de reciclar aún no estaba implantado.

La entrada en vigor de diversa y amplia legislación comunitaria, estatal y autonómica en materia de residuos municipales, junto con la voluntad y necesidad de modernizar y profesionalizar el servicio de recogida ha conducido al abandono progresivo de la recogida únicamente del cubo gris (a pesar de hacerlo PaP) hasta relegarla a un plano casi testimonial.
Comenzó un cambio hacia una recogida selectiva para cumplir con los requisitos legales.

Nuevo concepto de la recogida Puerta a Puerta


En los años 90 se empezó a reciclar y comenzaron a escucharse el malestar entre los vecinos. Se preguntaban porqué algunos se estaban tomando el reciclaje en serio mientras otros lo hacían de forma poca eficiente o directamente no participaban. En cambio todos pagaban las mismas tasas por igual, independientemente del esfuerzo personal y de los resultados de reciclaje conseguidos.

Los resultados eran escasos en todos los sentidos y era evidente, la mayoría de los municipios no disponían de ordenanzas específicas y el control era mínimo. .

Pero entonces a finales de los noventa empezaron a llegar noticias de Italia referente a la recogida PaP. Un nuevo concepto que estaban aplicando focalizando en la optimización de las recogidas y primando una recogida integrada. Auguraba un cambio radical en las formas, los conceptos, los resultados y la corresponsabilidad.

Por lo que Cataluña e Italia intercambiaron información sobre el PaP y constituyeron el inicio de algunas de las experiencias actuales del PaP en Cataluña. .

Experiencias pioneras


De esta manera, Tiana, Tona y Riudecanyes fueron con orgullo los primeros municipios PaP en Cataluña en el año 2.000. Si bien los resultados logrados por los municipios de Tiana, Tona y Riudecanyes han sido, desde el primer momento, muy exitosos, hubo quien se apresuró a aguar el éxito y las esperanzas depositadas en este sistema de recogida, argumentando que dichos municipios tenían ciertas características (población inferior a 5.000 habitantes, de topología rural y urbanismo horizontal, etc.) que imposibilitaban su translación a otros contextos.

Estas actitudes estaban más fundamentadas en el miedo a asumir las consecuencias que comportaría modificar conceptos y esquemas de recogida tradicionales ampliamente extendidos, que no en una valoración objetiva de las posibilidades reales de extrapolar este sistema a otras realidades municipales.

Expansión


Desde que en el año 2000 estos municipios comenzaran la recogida Puerta a Puerta, se ha producido un constante goteo de municipios que se han informado y optado por este sistema de recogida, con la convicción de dar un paso gigante a la solución de la gestión de residuos municipal.

¿Por qué esta expansión?


La expansión de las diversas experiencias de recogida selectiva PaP ha venido propiciada por varios factores:

- Los buenos resultados alcanzados: Si hay un factor que claramente ha animado a otros municipios a optar por la recogida selectiva PaP han sido los magnífcos resultados logrados en su conjunto (reducción signifcativa de la generación de residuos municipales, incremento del porcentaje de recogida selectiva global, aumento muy signifcativo de la cantidad de Orgánica, vidrio, papel/cartón y envases recogidos selectivamente, mejora de la calidad de las fracciones recogidas selectivamente –especialmente de la Orgánica–, reducción de la cantidad de fracción resto producida, incremento de las cantidades de residuos municipales gestionados mediante punto limpio, etc.).

- Problemáticas comunes en determinados ámbitos territoriales: En determinados ámbitos territoriales, la situación de la gestión de los residuos municipales está llegando a situaciones sumamente delicadas, bien por la falta de capacidad de tratamiento o de destino de la fracción resto, bien por los crecientes costes de tratamiento de esta o de otras fracciones. Estas situaciones casi insostenibles han incidido en el hecho de que algunos municipios hayan optado por realizar la implantación de la recogida PaP. Los resultados obtenidos han puesto de manifiesto que esta opción permite afrontar estas crisis en mejores condiciones.

- Balance económico favorable: Si el diseño y la implantación de la recogida PaP se han efectuado adecuadamente, el balance económico resultante de la aplicación de los costos (recogida, tratamiento, canon, etc.) y de los ingresos (SIG-Ecoembes, SIG-Ecovidrio, retorno del canon, etc.) es favorable. Éste también ha sido uno de los factores considerado por los responsables municipales a la hora de evaluar la conveniencia de implantar la recogida PaP

Índices de recogida


Cuando el PaP es implantado totalmente en un municipio, si se realiza adecuadamente permite alcanzar los índices de recogida selectiva global más elevados; los municipios con recogida PaP llegan mayoritariamente a unas tasas de recogida selectiva bruta global entre el 60 y el 85% sobre el total de residuos generados. Podemos verlo en la gráfica de la derecha. Distintos municipios con el PaP implantado y la diferencia antes y después.

Recogida de la orgánica


Si centramos la atención en la recogida selectiva de la Orgánica, se constata que los municipios que disponen de un servicio de recogida PaP logran unos mayores índices cuantitativos, superiores a los 300 gramos por habitante y día (equivalente a 110 kg de orgánica por habitante y año). En consecuencia, los impropios disminuyen notablemente con el PaP con valores inferiores al 5%, llegando a la pureza casi absoluta en caso de utilizar bolsas compostables.

Malas experiencias


En algunos casos, algunos municipios han implantado esquemas de recogida selectiva PaP por mimetismo, fruto de la atracción producida por los buenos resultados obtenidos en experiencias similares, pero sin tomar conciencia de los esfuerzos materiales y humanos necesarios para su implantación y mantenimiento. En otros casos la mala experiencia ha sido derivada del poco consenso político o, todavía peor, del juego sucio de determinados grupos políticos –a nivel local– que pocos escrúpulos han demostrado poniendo palos en las ruedas o instigando voces en contra de la recogida PaP, especialmente entre los sectores de población menos favorables a los nuevos planteamientos de mayor grado de corresponsabilidad.

De todos modos, es justo decir que el sistema de recogida PaP últimamente ha sido reconocido públicamente en el marco de varias jornadas, así como también desde las organizaciones ambientalistas (Depana, Ecologistes en Acció, Greenpeace, L’OCUC, 2008) como el sistema de mayor eficiencia de recogida selectiva; incluso se ha llegado a sugerir el sistema de recogida PaP como el más adecuado para municipios de menos de 10.000 habitantes y también en núcleos históricos (Rueda, 2005).

El futuro: retos y riesgos.


En un futuro próximo hará falta consolidar las experiencias vigentes y las que se puedan producir, velando para que se conviertan ejemplares en su concepción, diseño, ejecución y resultados. Dado que no hay dos municipios iguales, también parece lógico que no haya dos experiencias de implantación de recogida PaP idénticas; en consecuencia sería recomendable adaptar las experiencias de otros municipios a las particularidades propias del municipio, rehuyendo de la simple copia directa

De todos modos, la responsabilidad de cada una de las experiencias municipales de recogida PaP es compartida y se fundamenta en cuatro pilares:

1) Consenso político (tanto dentro del equipo de gobierno, como con la oposición) y social.

2) Proyecto técnico y de comunicación adecuado, tanto en relación a la implantación como al seguimiento (correctamente ideado, dimensionado y valorado).

3) Participación e implicación ciudadana (antes, durante y tras la implantación).

4) Realización de un servicio adecuado (tanto si se ha desarrollado mediante concesión o por gestión directa).


Como a todos, salir de nuestra zona de confort, de nuestras costumbres nos cuesta y necesitamos un cierto periodo de adaptación. El periodo de adaptación puede ser más o menos largo en función de si se han explicado y/o entendido bien los motivos que justifican los cambios y, sobre todo, si los cambios producidos son vistos como una mejora (individual y/o colectiva) por parte de los ciudadanos. Y esto también es aplicable a la recogida PaP.

Hay quien ve en este sistema una señal de civismo, con fuerte impacto social y de sostenibilidad ambiental (Strozzi, 2006), y en cierto modo una revolución ética (Bedogni, 2006), puesto que la individualización del servicio comporta que la responsabilidad pública colectiva en relación a la gestión de los residuos sea compartida: los ciudadanos se convierten solidariamente corresponsables de la gestión de sus residuos.

Comunidades que ya están empleando el Puerta a Puerta