La fiscalidad sobre los tratamientos finalistas de los residuos

Encarecer el vertido y la incineración


El vertido y la incineración de los residuos generan importantes impactos ambientales y por ello han merecido legalmente ser considerados una alternativa menos satisfactoria que la prevención o la recogida selectiva. Estos elevados costes ambientales se traducen en costes importantes para la sociedad en su conjunto, en forma de agotamiento de recursos, costes derivados de la contaminación y de su monitoreo, costes sanitarios, etc. Sin embargo, estos costes no se reflejan en las tarifas que se pagan para el uso de estas instalaciones.

Por lo tanto, no sólo por razones ambientales, sino también por razones económicas, tendría plena justificación articular una fiscalidad sobre los tratamientos finalistas, cuya finalidad fuera encarecerlos y así desincentivarlos.

En los países de la UE está muy extendido el impuesto sobre los vertidos de residuos municipales y, en menor medida, sobre la incineración. España es una de las pocas excepciones, puesto que no existe ningún impuesto de ámbito estatal en esta materia. A nivel autonómico existen diferentes impuestos sobre el vertido de residuos industriales y de la construcción. En lo referente a residuos municipales, solamente existe la experiencia de Cataluña.

Devolución del impuesto según cantidad y calidad del reciclaje


Los impuestos son finalista lo que establece un retorno de ese dinero en función de la cantidad y la calidad de la recogida selectiva. El incentivo no sólo depende del impuesto sino también de los retornos conseguimos por una buena recogida selectiva.
En este sentido, los municipios que hacen recogida selectiva PaP se benefician del impuesto de diferentes maneras:
- Cuanta mayor sea la cantidad de reciclaje, mayor será el ahorro de impuestos a pagar.
- Cuanta mayor sea la calidad, es decir menor cantidad de impropios, mayores serán los retornos en concepto de reciclaje. Esto prácticamente lo logra solo el modelo PaP.


Desde el punto de vista de un municipio que realiza la recogida PaP sería deseable que ese retorno del dinero acentuara todavía más la apuesta por la calidad de los materiales recogidos. De esta manera, se beneficiarían de un aumento de los impuestos de las personas que no reciclan, que incrementarían los recursos disponibles para premiar a los municipios o vecinos que aumenten su cantidad y calidad de la recogida selectiva.

Sin duda, si este tipo de impuesto se extendiera por España estimularía un aumento de los niveles de reciclaje y con este fin favorecería el desarrollo de sistemas de recogida que permitiesen alcanzar buenos resultados de recuperación, singularmente, la recogida selectiva PaP.